A Antonio Romero lo nacieron en Hospitalet de Llobregat, Barcelona, aunque afirma no recordarlo. Estudió poco y mal hispánicas y fotografía y ha dado tumbos por bastantes sitios, como Córdoba, Madrid, Galicia, Asturias y Málaga. Actualmente existe en Terrassa. Una de sus ex parejas lo definió en cierta ocasión como «una persona muy aburrida a la que le gusta reír». Se afeita una vez por semana. Sólo cree en Mirza Delibasic. Pierde paraguas. Se medica lo indispensable. Y como toda la buena gente, le tiene cariño al Coyote y al pan con aceite
Una de las más chocantes recopilaciones de relatos que el lector puede echarse al coleto: compuesta de viñetas breves, impactantes, en ella Antonio Romero se adentra con decisión en un extraño territorio que podríamos calificar de «costumbrismo surrealista» para mostrarnos un paisaje extraño y retorcido que, sin embargo, no se aparta nunca de la cotidianidad.