Interview with Arturo Lule

Published 2013-10-18.
P. Por un pedazo de La Eternidad... ¿De dónde surge el título?
R. Es muy simple, se refiere a este lapso fugaz al que llamamos vida, al descubrimiento de un propósito para su transcurrir. En la antigüedad uno de las peores condenas que podían pesar sobre alguien era el damnatio memoriae, cuyo término no obstante provenir del latín, se habría ya practicado sistemáticamente desde que hay documentos escritos o históricos. Esta llamada "sentencia de la memoria" consistía básicamente en borrar o tergiversar todo vestigio que la existencia que una persona indeseable había dejado sobre este mundo. Por la naturaleza de sus crímenes se le condenaba a una de las penas máximas que era destruir todo lo que pudiera recordar a ese ser humano en concreto, como si no hubiera existido, incluso se prohibía mencionar su nombre hasta que el tiempo hacía su parte y todo caía en el olvido sólo un poco más deprisa de lo que caeremos todos. Pues pensamos que el mayor bien que puede tener un ser humano es su propia vida, pero fijémonos por ejemplo en todas aquellas personas que no están de ninguna forma contentas con el rumbo que ha tomado su existencia, se culpan así mismos, a los que les rodean e incluso a la suerte y circunstancia; cuando en realidad es el Tiempo el gran infame. El Tiempo que aprovechamos o desperdiciamos en actividades y relaciones que nos llenaron de dicha o bien de daños; el Tiempo que nos apresuró o nos detuvo en una especie de limbo, desenredando o tejiendo el entramado de una vida y de otras vidas. El Tiempo es el recurso más precioso, incluso hay gente que daría todo lo que posee por volver atrás a ese instante justo donde todo cambió y congelarlo en la memoria o trastocarlo para evitarse un mal ulterior. Un pedazo de la eternidad sigue siendo parte de algo mayor donde quisiéramos dejar leve huella. Todo en vano, incluso en la narrativa de ciencia ficción (véanse H.G. Wells y Clifford D. Simak).
P. ¿Es difícil escribir Ciencia Ficción?
R. Para muchas personas "ciencia ficción" es sinónimo de fantasía, películas de acción futurista o narraciones sobre cosas que en sus contextos se antojan lejanas o hasta imposibles, noción que por desgracia queda limitada al cliché. Este es un género de anticipación nacido ante la necesidad de incluir las vivencias de un mundo donde la ciencia y la tecnología desempeñan un papel creciente a la vez que complementario. Por ejemplo, Asimov hablaba de un cerebro de positrones, mientras que Alan Moore nubla la visión de su Dr. Manhattan mediante taquiones, porque en el momento en el que escribían sus respectivas obras estaba en boga en publicaciones científicas serias hablar de dichas subpartículas. Yo creo que es difícil escribir cualquier cosa que desees que el lector entienda y sienta con una intensidad aproximada a como lo imaginas en el momento de conceptualizarlo y digamos, platicarlo textualmente. Si a esto le sumamos los continuos descubrimientos e innovaciones que se dan en la realidad, yo diría que sí, es ciertamente un tanto más complejo adelantarse con cierto grado de verosimilitud a dichas invenciones y sus problemáticas en el marco teórico de una narración (véase Hal Clement).
P. ¿Consideras a este género más difícil de abordar que otros?
R. En sí el genero es difícil estés donde estés, además es subvalorado y tan pronto como empiezas a hablar de ello a la mayoría les vienen a la mente imágenes pseudo-futurísticas y muy fantasiosas del tipo Flash Gordon, Buck Rogers o Valerian pertenecientes a eras más doradas de los comics, lo cuál no es que esté mal, es sólo que dicha noción es un tanto parcial y arcaica, es casi como si yo te dijera "piensa en música clásica" y de inmediato pensarás en Mozart. Son como referentes culturales obligados que convergen siempre en el lugar común y dejan de lado todo un universo muy variado.

Escribir es un acto casi egoísta y en ocasiones poco gratificante. Implica así mismo, desarrollar el vocabulario lo mejor posible y mucho se me ha criticado sobre ser rebuscado en la construcción estilística de mis párrafos con palabras "domingueras". Yo no lo veo así y no creo que nadie escriba para no ser entendido, es sólo que me gusta exprimir el lenguaje en la medida de mis posibilidades para no ser repetitivo y dejarle al lector la mezcla justa entre mi aporte descriptivo y su propia imaginación. De cualquier forma, quisiera añadirles este pequeño Glosario que escribí precisamente para las palabras de mi invención o bien aquellas que dentro de Por un pedazo de la Eternidad cobran un sentido particular. Si alguien tiene curiosidad por la trama y se encuentra indeciso sobre empezar o no esta lectura, le recomiendo entrar en este LINK y tal vez esclarecer por donde va más o menos la trama que propongo dentro de un género muy subestimado hoy día.
P. ¿Y por qué subestimado?
R. Creo que las múltiples interpretaciones literarias sobre tragedias ecológicas mundiales; fragmentación de la realidad y universos alternos; sobre la tecnología dominando el destino de sus creadores, se han oxidado. Cada vez vemos más remakes que intentos originales en los medios. Es como si el oscilar de aquel fantasioso péndulo se hubiese detenido a medias y las editoriales especializadas (cada vez menos) giran sus miradas con desdén hacia lo que este de moda. Y para ser sincero no tienes como autor expectativas muy altas cuando escribes ficción científica o especulativa en una era donde prevalece la fantasía o el pseudo-romance adolescente sobrenatural. Dicen que la historia es cíclica y que con el paso del tiempo nuestras vidas tienden a rimar, así que confío en que el género del SCI-FI no esté agonizando y que por el contrario cada vez veamos chispazos más frecuentes de fama y asome la cabeza un digno representante. Ojalá todos los escritores hispano hablantes tuviesen tan a la mano escaparates y mercados como el anglosajón para dar a conocer sus trabajos. Mmm... la Collins es un ejemplo más reciente, junto con lo que hizo Del Toro con su Pacific Rim .

Si bien las temáticas post apocalípticas de reality show y oscuros gobiernos dictatoriales presentes en Hunger Games ya se habían explorado hace décadas (recuerdo por ejemplo esta película con Schwarzenegger: Running Man) al igual que el género de los gigantescos Mechas japoneses de Neon Genesis Evangelion, como en todo, uno no inventa el hilo negro de la temática, sólo le otorga un tratamiento más o menos novedoso. De cualquier forma, cada vez que una obra logra ese tipo de proyección siempre es bueno para todo el género y el gremio.
P. ¿Y consideras que tu obra es novedosa?
R. Bueno, no me toca a mí decidir eso. Uno puede ser muy cruel y autocrítico cuando se trata de hacer una autoconsulta en cualquier aspecto. Sólo puedo decirte que todo escritor es como uno de esos niños que gustan a su vez que les cuenten cosas, historias antes de dormir, tú me entiendes. Es decir que cada uno escribe la historia que le gustaría escuchar; nos basamos en los mismos moldes, arquetipos y luchas maniqueas con diferentes nombres y confecciones debido a que se conservan esas mismas bases por el simple hecho de que somos humanos. Aquel primitivo narrador tribal que captura las miradas alrededor del fuego usa el mismo tipo de elementos que el novelista ganador de cualquier premio literario, de la misma forma que los cálculos y reglas matemáticas que emplearon los constructores de las antiguas pirámides son exactamente los usados por un arquitecto de la actualidad. Sin un Charles Dickens no hubiese existido un George Orwell, sin el cual tampoco habría visto la luz el Neuromancer de Gibson, del que a su vez se desprenderían más tarde Matrix o Strange Days por citar sólo un par de ejemplos. Tal vez cambien las formas y los materiales igual que cambian nuestros sueños y legados con los años, pero la esencia de la factura e ingenio humanos siguen ahí ... ¿Novedosa? No lo sé, ¿en relación con qué?
P. En la descripción que nos enviaste dice que tu trabajo "integra la poesía y la obligada renovación de los temas clásicos del género con una narrativa de epopeya y tradición oral".
R. Y eso mismo intenté que fuera, por un lado tenemos la historia de Thomas Liven, quién en busca de sí mismo se ve obligado a desprenderse dolorosamente de todo lo que aprecia, y por otra parte tenemos las historias de la Armada Confederada, mismas donde intento ir un poco más allá de la típica batalla tipo StarWars de temática ya muy trillada de las dog fights vistos en tantas cintas de guerra y conquista espacial, por mi parte intenté que estuviesen lo más cerca posible los combates de carlinga y los de la tropa acorazada de a pie. Cabe añadir que cuando concebí la trama, hace ya muchos años, no existían conceptualmente trajes como los del Master Chief o los de la película GI-Joe: Yo sólo me inspiré en lo que conocí de niño con Six Million Dollar Man (a su vez basado en la novela Cyborg de Martin Caidin), trasladando los implantes biónicos internos al exterior Y me da gusto saber que mis pasos teóricos no van por mal camino, pues en la realidad toda una tendencia de la milicia actual parece ir en esa vertiente.

En cuanto al uso de la llamada inteligencia artificial, quise transportar un poco de HAL 9000 a mis sistemas EleuSys y Polixandros sólo que un poco más aterrizado, así pues cualquiera que haya probado el buscador por voz de Google o el Siri de Apple sabe a qué me refiero cuando digo que mi ficción está más cercana a la realidad. Y como adorador de las películas e historias bélicas quise que mi texto reflejara al mismo tiempo todo el caos y la organización del arte de la guerra y el aparato militar. Detrás de mi novela están las lecturas de las campañas alejandrinas; la Anábasis de Jenofonte; el cerco romano a los Numanticos y la conquista de Tarmancia; además de la referencia obligada al avance de los países de Eje durante la Segunda Guerra Mundial. Y por último, pero no menos importante, dejar bien claro que no hay una sola obra de conflicto ficticio que se respete que no se haya basado, en menor o mayor medida, en la obra del buen Tolkein y la mía no es la excepción.

En cuanto a los personajes y las naves, traté de que hubiese variedad multicultural reflejada en los nombres y los ambientes que uso en Por un pedazo de La Eternidad. Me gusta mucho la mitología escandinava y germana, particularmente el Cantar de los Nibelungos, lo que es más, mi nave insignia Atlas originalmente era el Hammer of the Gods y el General Phulldam se llamaba Hagen en las primeras versiones de mi obra, pero sentí que eran demasiados elementos referenciales y no quise parecer pretencioso ni caer en los mismos errores que Joe Haldeman en The Forever War.

Soy muy fan del trabajo de Paul Verhoeven, de James Cameron; así como también de las armaduras que pueden ir desde un Gusoku o un Yoroi Samurai o las cotas medievales, hasta un Republic Commando por lo que mi ambición siempre fue fusionar el concepto del Colonial Marine al de Starship Troopers y si lo logré o no, toca a mis lectores decirlo, no a mí, ya que de por sí cometí muchos errores garrafales de Timing al momento de publicar.
P. ¿En qué te basaste para hacer la portada de tu libro?
R. Bueno al principio me salió muy sencillita (la edición sin revisar sólo trae una estrella solitaria y una constelación espiral) pues me topé con muchas restricciones para publicar si es que decidía incluir un desnudo en la tapa; en Apple iBooks, por ejemplo, son muy quisquillosos al respecto, no obstante un buen día encontré una hermosa fotografía de un artista gráfico llamado Brent Mail, al quién admiro por la plasticidad y erotismo escultural de sus trabajos. Dicha obra se titula Falling Mermaid y me pareció perfecta para ilustrar cómo me había imaginado la muerte de Aurora (una de las protagonistas de mi novela) Así que le hice una especie de disolvencia con photoshop y listo. Ahora, la idea de hacerla así es totalmente culpa de mi gusto por la antigua música instrumental (mismo que heredé de mi madre), soy bien fanático y coleccionista de todos los mejores exponentes: Ray Conniff, Billy Vaughn, Takeo Watanabe, Paul Mauriat, Fausto Papetti, Ennio Morricone, Franck Pourcel, Herb Alpert, etc. Y como es bien sabido, muchos discos de aquellos ayeres lucían mujeres y algunos desnudos en sus portadas. De hecho sin melodías tales como Sail Along Silvery Moon, Somewhere My Love, Tennesee Waltz, Kentucky Rye, entre otras muchas, jamás podría haberme sentado a escribir. Como verán, soy muy anticuado en cuanto a gustos musicales.
P. ¿Cuáles consideras que son tus principales influencias literarias?
R. Uy... Hablar de influencias es una cuestión arriesgada, ya que cabe por ahí la insinuación de que al menos se encontrarán rastros de algunas de esas grandes plumas en mis páginas y esto podría resultar exagerado e inexacto. Yo quisiera en este punto más bien hablar de gustos, los cuales son muchos y muy variados, como lo pueden ser los de cualquiera según las etapas de su vida.

Bueno, cuando era niño, los padres en general aún tenían la errada convicción de que una formación educativa te garantizaba un mejor futuro y que ser comerciante no era tan socialmente digno como tener un título universitario colgado en tu propio despacho. No obstante, la realidad es mucho más cruda y en cualquier esfera lo único que mueve y compra voluntades es el dinero no los grados académicos. En fin, continuo: Es por eso que mi madre sacrificaba su mínimo salario en dar pagos de enciclopedias que nunca leí como México a través de los Siglos y otras que sí aproveché como El Tesoro de la Juventud, Gran Crónica de la Segunda Guerra Mundial o La Enciclopedia Científica Proteo, en fin. De todos esos años adquirí un gusto por las narraciones y los comics. Me gustaban las aventuras ilustradas de clásicos como Salgari, Stevenson y Melville a los que le siguieron auténticas joyas como Irving, Twain y Poe. Y ya más grande admiré a autores tan dispares como extraordinarios tales como T.S. Eliot, Bécquer, mi tocayo Rimbaud, Manuel Payno, Dostoievski, Nietzsche, Kundera, Easton Ellis y Pallaniuk. Destaco que me encantó Süskind y confieso que odio con todo mi ser la obra de García Márquez (si ya lo sé, crucifíquenme si quieren, no me gusta y punto). Ya en el terreno de la ciencia ficción, puedo decir que soy muy fan de algunos de los pilares fundamentales: El gran P.K. Dick, así como de C. Clarke, Asimov y Bradbury e igual me inclino ante Larry Niven y Sturgeon que me volaron en su momento la cabeza.

Por un pedazo de la Eternidad no encierra ningún secreto principio. Todos en cierto sentido hemos perdido algo o alguien muy amado, así como todos en algún momento hemos tenido ilusiones de juventud bajo el brazo que se desvanecen. Pareciera que por cada decisión que tomamos, buena o mala, mil caminos desaparecen, mil historias no se consuman, mil pedazos de eternidad negados. Esta narración era originalmente un cuento de apenas una decena de páginas titulado Luna sobre Miranda el cual escribí para un taller escolar de creación literaria hace ya muchos años; obtuve buenos comentarios al respecto y decidí complicar un poco más la trama en todo sentido. Mi personaje principal no era Thomas Liven, era una mujer llamada Nuh, no obstante decidí cambiarlo por Tom debido a mi poco conocimiento del contradictorio universo femenino, muy difícil de abordar si no se siente al personaje con la adecuada profundidad. En el mundo que yo veo sólo ha existido y existirá un Flaubert y una obra cumbre del tipo Madame Bobary, así como tampoco pretendí jamás emular las glorias de DH. Lawrence y sus Mujeres Enamoradas.

Aún así, si te fijas bien en mi novela los verdaderos motivadores y timones de la trama son los personajes femeninos. Quise darles el peso y reconocimiento que se merecen tanto en la realidad como en la ficción.

Por otro lado, Tom el protagonista, es un nombre mucho más cercano para mí, además es corto y fácil de recordar. Lo tomé prestado del personaje principal de las Uvas de la ira y de las menciones que hacen de él tanto Sprinsgteen como Rage Against The Machine. La influencia del rock clásico en Por un pedazo de La Eternidad es tal, que soy incapaz de imaginarme cualquier batalla sin pensar en Immigrant Song de Led Zeppelin o transportarme a los pantanos de Tom sin Green River del Creedence y eso sólo por citar uno que otro vicio creativo.
P. Este personaje, Tom... ¿es como tu versión de un superhéroe?
R. El tema de super héroes sigue vendiendo a pesar de ser tan viejo como la humanidad, más bien, pienso en él como un personaje con un tratamiento diferente. Cuando cree a Tom quise que no hubiese dudas acerca de sus capacidades sobrehumanas y la única forma de hacer esto era llevarlo hasta el nivel de divinidad. Que incluso si el mismísimo Homero existiese en un futuro escribiera de Tom más allá de figuras como Aquiles, Hércules o Perseo. Y como gran fan de la mitología pretendí también que se pareciera un poco más a la Epopeya de Gilgamesh que a una especie de mala imitación del Dr. Manhattan. Pero vamos a ponerlo así, si los superhéroes tuviesen un superhéroe, ese sería él. Un héroe tan inseguro de sí mismo como de la raza humana, un observador más que un protagonista con ínfulas de Hamlet que sabe que el mundo y la realidad misma no es más que una representación multidimensional de algo mucho más complejo, que quizás Dios en persona nos está soñando y que muy pronto despertará o bien volverá a dormirse también dentro de su propio sueño.

Es por eso que yo había concebido a Tom al principio como un personaje femenino, no obstante, esto no cuadraba con el resto de mi historia, pues según yo, sólo una mujer sería capaz de procrear una realidad alterna como la que recrea Tom. Sin embargo, las mujeres son en sí mismas un entramado complicado mayúsculo, que no me fue posible manejar -ni siquiera en la ficción- pues son dueñas de fantasías que volvieron realidad y nunca nos contarán, mientras que nosotros -pobres hombres ilusos- contamos fantasías que nunca fueron ni serán.

P. Tu texto hace referencia continuamente a estas figuras de índole divino... ¿Eres religioso?

R. NO, de ninguna manera. Eso fue sólo un recurso literario. Creo firmemente que si el ser humano asumiera su vida cómo efímera, preciosa y sin segundas oportunidades trataría de ser más feliz al tiempo que pensaría de manera más autocrítica y reflexiva. La religión es para mí una idea viciada e innecesaria que le impide al hombre ser libre y responsable de sus actos buenos y malos. Soy más bien de los que creen que Dios es el mejor personaje de ficción de todos los tiempos. Me encantan las construcciones literarias presentes en textos como la Biblia, el Bhagavad Gita, o el Popol Vuh. Así como me parecen fascinantes todos los rituales místicos y metafísicos de cualquier parte del mundo desde el punto de vista antropológico, pero no soy creyente ni practicante de dogma alguno, si es a lo que te refieres; ni siento el pinchazo de la necesidad de creer en algo más que en nuestra insignificancia vs. el ilimitado poder de la voluntad y la malignidad humanas.
P. ¿Me podrías decir qué edad tienes y si crees que tu obra puede llegar a conectarse con un público más joven?
R. Esa es una pregunta difícil. Bueno, hay público para todo. Yo antes invitaría a todo aquel que quisiera introducirse al mundo de la Ciencia Ficción que iniciara con algo más soft y asequible, como Solaris de Stanislav Lem que es una obra visionaria y que no se mete tanto en explicaciones técnicas o científicas, a cambio entrega una gran riqueza en cuanto a las sensaciones y sentimientos de los personajes. Mis capítulos están contados de forma mucho más rápida y contundente, pues traté de imaginarme cada uno de ellos como si fueran episodios de un serial de TV. Digamos que Por un pedazo de la Eternidad no es apta para todo público o al menos así lo siento yo.

Ahora bien, respondiendo a lo de la edad te puedo decir que nací a principios de los 70. No te doy más datos porque se presta a usurpación de identidad aquí en la red, pero te puedo decir algunos detalles que harán que mis contemporáneos me ubiquen y los más jóvenes sepan que no estoy escribiendo de forma superflua, sino que cada una de los referencias y fuentes que delimitan mi pequeña obra, así como sus conexiones con la cultura pop, provienen de fuentes bien antiguas y concretas.

(Atención querido lector@ puedes saltarte el siguiente lapsus cordis y pasar a la otra pregunta)

Igual que muchos otros niños crecí leyendo lo que librerías Gandhi de los earlys ochentas acomodaban en las sección infantil, títulos hermosos y caros pertenecientes a colecciones como Asterix y Obelix, el Visir Iznogud o Tintín y Milú mismos que desfilaban ante nuestros ojos, sin que nadie te regañara por hojearlos. Mientras que Editorial Novaro distribuía cantidad ingente de buenos títulos de comics americanos.

Fui un auténtico hijo de la televisión y un fanático de la misma ficción que ahora escribo en mis relatos. Me apasionaban entre otras cosas series como Battlestar Galactica; Gemini Man, Man from Atlantis, Bionic Woman, Knight Rider, Invisible Man, Planet of the Apes, Logans Run, StarTrek, Voyagers, Fantasy Island, Airwolf, Manimal, Automan, Quantum Leap, Twilight Zone, Night Gallery etc. Quizas una de las cosas más difíciles de lograr estéticamente hablando sea que una tendencia hacia lo retro no parezca más un bodrio pasado de moda.

El único Anime y Sentai Tokusatsu que había se limitaba a unos cuantos títulos legendarios que iban desde las amarguras de niños expósitos y hasta el nacimiento de los Mechas: Ultraman y Ultraseven; Srta. Cometa; Marco, de los Apeninos a los Andes; Heidi; Candy; Remi; Ken y el Genio; La Princesa Caballero; Tritón; Grand Prix; G-Force; KumKum; Mazinger Z; Astroboy; Cuentos de Hans Christian Andersen; Voltron; Transformers y Robotech, entre otros.

Todo lo anterior no son sino fragmentos de una vida como muchas, ahora imaginen la cantidad de historias inéditas que nunca verán la luz pues el hábito de la lectura se va perdiendo por otras obligaciones más inmediatas. Cuando joven tienes tiempo y energía pero careces de la experiencia y los medios económicos para concretar tus planes; luego, para cuando alcanzas cierta madurez y recursos, careces del tiempo para alcanzar dichas ilusiones postergadas, y en el caso de que llegues a viejo y quieras de alguna forma dejar huella de tus memorias empezarás a cuestionarte si tiene sentido hacerlo, si le importarán a alguien. La respuesta es siempre la misma: NO

El principio de la escritura de cualquier obra es esencialmente el mismo, dejar un poco de nosotros mismos en el pedazo de eternidad de alguien más. Convertirse en un Bestseller o en una Película está reservado para unos cuantos elegidos por la conciencia colectiva pastoreada por los medios.
P. Por último, ¿cómo aprovechas las redes sociales para promocionar tu obra?
R. No lo hago, lo siento. Cada escritor tiene sus excentricidades: Dicen que Huxley leía bajo las sábanas; que Balzac escribía vestido con un hábito de Monje; que Dante gustaba de arrojar a cuanto enemigo tenía a sus círculos infernales (incluyendo al Papa); Conan Doyle era espiritista, a Vargas Llosa le obsesiona el tiempo y la puntualidad y que Hemingway no escribía una palabra sin su pata de conejo; no me comparo con ninguno, yo sólo soy reticente a ambientes tipo facebook. En cuanto a twitter y facebook, los empleo únicamente como news readers. Creo además que -salvo honrosas excepciones- los escritores somos gente bastante aburrida y a veces lo único interesante que se nos puede sacar son precisamente esas líneas incoherentes que decidimos no compartir con nadie.

La verdad he probado por curiosidad hacer un perfil en algunas social networks sólo por probar las plataformas, pero conservo mi perfil en Pinterest, aunque para ser sincero no tengo muchos contactos. Sé que es un error el no abrirse a ese aspecto tan importante actualmente, pero es que simplemente todo mundo parece demasiado ocupado hablando sobre sí mismo o bien investigando a ver a quién le ha ido de mal en peor, pero no con el objeto de poder ayudar, simplemente para no sentirse clientes tan exclusivos de la desgracia mundana. Yo no soy así, prefiero una reunión o un reencuentro con un viejo amigo olvidado, en vez de un muro gigante y creo que para estos propósitos esta humilde página autodescriptiva es más que suficiente. A diferencia del resto de las personas que he conocido, la soledad es un estado con el cual no me siento incómodo.
P. ¿Quiseras añadir algo?
R. Sólo me resta dar públicamente las GRACIAS! a todas las personas que se han tomado el tiempo de escribirme y dejarme comentarios y críticas tanto en mi correo a r t u ro . l u l e @ i c l o u d . c o m , PRONTO LES ESTARÉ PRESENTANDO LA SEGUNDA PARTE DE ESTA OBRA.
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